Los bustos lo hicieron y él la llenó con su semen, llenando su coño con su semilla. Apoyó sus pies en mis caderas y dijo: "Ahora cierra los ojos y escúchame, Baby". Este es tu último, no más orgasmos para ti, ahora. Siente mis manos alrededor de tu garganta y mírame a los ojos, no mires a otro lado y no te resistas, ahora eres mía. El dolor era insoportable cuando me tomó los ojos y me golpeó la cabeza contra los muslos, golpeando mi cabeza contra mi catre. Sostuvo mi cabeza por un rato con una mano y me puso de espaldas con la otra. Tenía una gran varita de metal en su muñeca con una bola de goma en el extremo. Me dio unos cuantos golpes y luego se subió encima de mí y me enterró la polla en el coño y empezó a follarme con fuerza. Podía sentir sus bolas golpeándome en el estómago y mi coño se sentía mojado con semen. Empezó a sacarme la polla del coño y entonces supe que me iba a correr, mis piernas empezaron a fallar mientras me metía y sacaba la polla, cada par de minutos salía del orgasmo y se metía en mí. Podía sentir que se acumulaba dentro de mi vientre y era más húmedo y duro que nunca. .