Sastina sintió su pene abultado presionándola, y usó ambas manos para agarrar su rígido eje, apretándolo en sus palmas. Ahora estaba frente a ella y la miraba a los ojos, forzándola a cerrar los ojos. Con un beso en la frente, bajó la cabeza y comenzó a lamer lentamente, con ternura, toda la longitud de su vara. Su cara estaba llena de lujuria y se adelantó forzando su polla en la garganta de ella. "Más rápido", le ordenó, Sastina obedeció y comenzó a empujar hacia adelante, su verga arrojando semillas cremosas en su boca. Ella chupó el jismorreo del gallo, y su gallo casi pareció contenerlo y babear, pero Sastina decidió no esperar. Empujó sus caderas hacia afuera mientras Sastina deslizaba su coño a lo largo de él. Más rígido", ordenó Sastina, mientras se empujaba hacia abajo hasta que él sintió su dolor en el vientre y sintió que su humedad se derramaba en su polla. Sastina le alcanzó la polla y empezó a frotarle la próstata hinchada de arriba a abajo, que ahora estaba empapada con sus jugos y le dolía enterrar la polla en el coño maltratado. "A la mierda mi boca", ordenó Sastina. Sastina se lanzó hacia adelante y comenzó a hundirle su coño mientras él lentamente cobraba vida con sus propios golpes de poder. Él le hizo saber mientras la besaba de nuevo. Su coño estaba empapado con su jugo y él frotó suavemente su polla sobre su clítoris, más y más deslizándose sobre el sensible montículo que tanto le gustaba. .