A la linda y desesperada le encanta coquetear conmigo, pero sólo me lleva un momento empujarla y meterle la polla en el coño. Las puntas de mis dedos se deslizan por su piel, mis pulgares en los puntos sensibles. Forzando su culo al aire, le pongo los dedos en todas partes, empezando por la espalda. Lentamente, deslizo sus pantalones cortos hacia abajo, haciendo que se retuerza mientras acaricio su coño sin pelo. A esta linda y desesperada parece gustarle mucho. Qué niña tan dulce. Tan inocente. Ok, suficiente de eso. Vamos a seguir adelante. Oh, mierda, está tan apretado. Tan apretado alrededor de mi polla. Estoy tan jodidamente cerca. ¡Mierda! ¿Qué carajo? ¿Qué está pasando? Juro por Dios que no tenía ni idea. Sabes que ese imbécil trabajaba con hombres y mujeres y me hiciste follar con él. ¿Puedes creerlo? ¿Qué? No! Sólo te pedí que me cogieras. Esto es jodidamente absurdo. ¿Cuál es tu maldito problema? [pausa] ¡Vete a la mierda!.